1. Reconozco que estoy aquí por mis propias necesidades de curación personal y paz interior.

 

2. Aprendo a escuchar con el corazón, sin hacer juicios ni interrumpir.

 

3. Comparto mis experiencias, y en vez de dar consejos confío en que cada persona, escuchando su voz interior, encuentre sus propias respuestas.

 

4. Al arriesgarme a hablar de mis sentimientos, encuentro experiencias comunes que facilitan que nos unamos.

 

5. No necesito tener la respuesta. basta escuchar con amor.

 

6. Practico estar presente.

 

7. Aprendo a mirar a cada persona viendo en ella solamente la “luz” que es, y no la “pantalla” con la que se cubre.

 

8. Estoy aquí para mejorar mi calidad de vida y no para centrarme en el problema, cualquiera que sea.

 

9. Reconozco que todos los contactos y todas las relaciones son horizontales. los papeles de discípulo y maestro son intercambiables.

 

10. Estamos aquí para practicar la única meta de elegir paz en lugar de conflicto, al practicar el perdón y al liberarnos del miedo.